Foto Akhtar Soomro
No recuerdo exactamente como es la frase, pero bueno, viene a ser algo así como “los únicos que no mienten son los borrachos y los niños” Cuando una persona esta borracha es cuando suele alcanzar las cotas más altas de sinceridad. Por otra parte todos sabemos que los niños pueden llegar a ser muy crueles entre ellos, aquello de lo políticamente correcto todavía no entra en sus planes, si le tienen que soltar una animalada a alguien se la sueltan y tan tranquilos, por algo son niños…
Luego está la mirada, la de los niños me refiero. Soy de los que cuando hay que fotografiar a críos prefiero que no posen, no me gusta esa risa preparada, esa niña o niño resabido que tienen un desparpajo posando que te deja a cuadros, escapo de su influjo, lo mejor es dejarlos a su aire, que jueguen y se comporten como tal, es entonces cuando estando así, a su rollo, puedes arrebatarles ese gesto, esa mirada, esa expresión que solo ellos pueden dibujar y que desgraciadamente perdemos en el momento en que lo políticamente correcto comienza a entrar en nuestros planes…
Opino igual que tú, yo les sigo con la cámara sin que se den cuenta y es como salen las mejores fotos.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Jose,
ResponderEliminarPrecisamente hace unas semanas estando en El Corte Ingles presencie unas sesiones de fotos a un niño de apenas 2 años, poco mas. El fotografo -se le notaba tablas en eso de la foto de estudio- intentaba por todos los medios arrancarle esa sonrisa al niño, habia una chica a vueltas con un muñeco de peluche tirandolo arriba y abajo a ver si el niño se decidia a sonreir, pero nada, al final si lograron que el enano les mandase unas carcajadas. Ojo, que tiene su merito y el retrato me parece un campo muy dificil, pero con los crios como bien dices, mejor sin agobios y el resto transcurre solo.
Por cierto, la niña de la foto parece estar embelesada con la pecera, entiendo que A. Soomro aprovecho el momento y disparo, aunque parece una focal corta y supongo que la niña seria consciente de su presencia.
Venga, un saludo!