Ups&Downs

Como no podía ser de otra forma este primer domingo de agosto resulto ser eso, un domingo. Con el buen día el lleno estaba garantizado y así fue. Llegamos a eso de la una y en cinco minutos ya estaba en el agua –la que por cierto estaba más caliente de lo normal- remando alguna tímida y aislada orillera, así me pase una divertida horita. Luego subimos a comer, algo ligero y sin pasarse que estamos en plena operación bikini y además pretendía volver a intentarlo por la tarde. El segundo baño fue un desastre, un quiero y no puedo, una chica Tian’anmen que aparecía allá donde yo intentase remar y un montón de bañistas suicidas que impedían cualquier intento de bajada, aunque a decir verdad apenas se presentaban oportunidades. A eso de las 6 tiramos hacia Monteferro, un paseíto y unas buenas vistas.

 Un precioso balcón

 Cíes, siempre destino de nuestras miradas

Calma

Pues lo dicho, que hoy fue un día de luces y sombras. Disfrutamos en familia, salude a un viejo amigo al que hacía meses que no veía y pasamos una buena jornada. También comprobamos el auténtico caos de vehículos y como hay gente a la que le no le importa absolutamente nada si su coche bloquea o entorpece el transito del resto. Creo que se debería de tomar alguna medida al respecto, por el ansia de lograr la máxima proximidad posible con la arena  hay quien roza la temeridad, espero y deseo que nunca tengamos que lamentar una desgracia. Así mismo estoy en condiciones de asegurar que hay gente que utiliza las tarjetas para las duchas, no es una leyenda urbana, doy fe. Pero bueno, es domingo y ya se sabe que pasa un domingo de agosto. Como decía aquel…’That’s all Folks!’