Menuda ola tocayo, en principio preciosa imagen, pero cuando hace recordar lo que esta ocurriendo por el norte ahora, se ponen los pelos como escarpias. Cuando hablo de escarpias no puedo evitar pensar en ellas, aun tengo la imagen cuando mi padre en su época de capataz ferroviario y encargado del mantenimiento de las vias, las utilizaban para sujetar el raíl a la traviesa, entonces de madera. Hablamos sobre los años 55, 60, hacia atras, y eran una especie de alcayata pero de unos 15 o 18 cms.de largas que se clavaban a golpes. Nada que ver con los sistemas de ahora.
Que tal Paco! Pues si, anda el tiempo revuelto por aquí arriba. En el agua nos volvemos si cabe mas vulnerables de lo que en realidad somos, por eso toda precaución es poca. Siempre agradecido por estas interesantes aportaciones. Creo que se a lo que te refieres. Es cierto, la sencillez y robustez de ciertos elementos del pasado no tiene comparación con lo de ahora, en ocasiones te llevas alguna desagradable sorpresa. Un abrazo y gracias por pasar!
Menuda ola tocayo, en principio preciosa imagen, pero cuando hace recordar lo que esta ocurriendo por el norte ahora, se ponen los pelos como escarpias.
ResponderEliminarCuando hablo de escarpias no puedo evitar pensar en ellas, aun tengo la imagen cuando mi padre en su época de capataz ferroviario y encargado del mantenimiento de las vias, las utilizaban para sujetar el raíl a la traviesa, entonces de madera. Hablamos sobre los años 55, 60, hacia atras, y eran una especie de alcayata pero de unos 15 o 18 cms.de largas que se clavaban a golpes. Nada que ver con los sistemas de ahora.
Un fuerte abrazo amigo
Que tal Paco!
EliminarPues si, anda el tiempo revuelto por aquí arriba. En el agua nos volvemos si cabe mas vulnerables de lo que en realidad somos, por eso toda precaución es poca. Siempre agradecido por estas interesantes aportaciones. Creo que se a lo que te refieres. Es cierto, la sencillez y robustez de ciertos elementos del pasado no tiene comparación con lo de ahora, en ocasiones te llevas alguna desagradable sorpresa.
Un abrazo y gracias por pasar!