Ayer tarde me pegue el
primer baño en las frías aguas gallegas luego de 8 maravillosos días por Gran
Canaria. Todavía conservo algunas secuelas a modo de rascazos en la barriga que
dan fe de las horas de sesiones que disfrute en sus cálidas aguas. He vuelto
con una extraña sensación de alegría y cierta pena. Alegre pues he disfrutado
desde el mismo momento en que por la ventanilla del avión contemplaba su costa
y esto ya provocaba ese estado de excitación y alegría propio del sediento que
vislumbra un oasis. No ha habido un momento para el tedio, ha sido un continuo
estado de felicidad. Tanto Carmen como yo nos hemos sentido la mar de felices y
muy a gusto. Por otro lado y aunque siempre alegra volver a casa es cierto que
el primer golpe de frio al salir del aeropuerto en la vuelta nos hizo rememorar
la calidez que dejamos atrás y es por eso que sentimos cierta añoranza. Ahora
toca adaptarse e ir buscando algún huequito en el calendario para volver. No
hay material gráfico que de fe de lo vivido y el caso es que le estaba dando
vueltas para dar con una imagen que pudiese estar relacionada con las
sensaciones del viaje. Diría que el título de la considerada película de surf
por excelencia se acerca en cierto modo a lo que he querido expresar. Aprovecho
para mandar un saludo al amigo Alexis (playadelhombreblogspot), me ha quedado
alguna que otra visita a gente de la red que en el próximo viaje seguro que
llevare a cabo.
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