La alarma sonó a la
hora de costumbre, el Sweet Caroline
de Diamond siempre logra que me despierte cuando menos de no mal humor. Hice lo
de costumbre, guie mi mano hacia el pequeño haz luminoso y pare la canción, luego
conecte directamente para ver la cam -¡bendita tecnología!-, allí estaban,
puntitos negros que equivalen a cabezas, había olas, el mar estaba teñido con
ese gris mercurio tan propio de estas fechas. Con el 95% de mis funciones
cerebrales todavía en reposo valore el ponerme en pie o el seguir vegetando
entre las mantas. Luego de considerar esto y lo otro volví a dejar el móvil a
un lado y me sumergí en el textil. Cuando mañana el de Brooklyn vuelva con su himno espero estar con más energía. Que tengáis
un buen fide, ciao!
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