Corrubedo (foto Monica Ferreiros/La Voz de Galicia)
Esta
mañana la noticia de la tragedia en Valdoviño eclipsaba por completo la alegría
de los millones que se llevó Monforte de Lemos en la lotería del niño. Un golpe
de mar se llevó a tres personas, una cuarta logro no ser arrastrada y esta tarde abandonaba el hospital.
La pasada madrugada aparecía el cuerpo de uno de los desaparecidos, las labores
de búsqueda y rastreo continúan, en este caso se trata de un padre y su hija.
Hace dos veranos pasamos unos estupendos días en la zona, el lugar donde tuvo
lugar el suceso es realmente bonito, el faro y sus alrededores sirvieron de
exteriores a Roman Polanski para rodar Death
and the Maiden (La muerte y la doncella 1994) y si con el mar en calma ya
impone respeto no me imagino como seria estos días con el temporal que azoto
nuestra costa.
Zona complicada en la que una caída resulta mortal (foto Angel Manso/La Voz de Galicia)
A
media tarde hablaba con un familiar que está en Coruña y me contaba que era
alucinante como andaba la policía por ciertas zonas del paseo marítimo sacando
a gente que se encontraba en zonas de alto riesgo, iban de un lado para otro y
por más que advertían siempre había alguno que quería sentir ese manguerazo
salado o sacar una buena foto. Es comprensible que cuando el mar se pone bravo
el espectáculo resulta fascinante, incluso se produce una especie de
fascinación hipnótica que puede provocar que no veamos o que pasemos por alto
una situación claramente peligrosa. El famoso fotógrafo Robert Cappa decía ‘If your pictures aren’t good enough, you
aren’t close enough’ (Si tus fotos no son lo suficientemente buenas, no estas
lo suficientemente cerca), desde luego cuando el mar esta como estos días lo
mejor es guardar las distancias, aunque a veces nos sintamos atraídos por
avanzar unos metros más.
Retenciones
en Corrubedo (foto Monica Ferreiros/La Voz de Galicia)
En
mis planes también figuraba el haberme acercado a zonas de la costa para disfrutar
del espectáculo y sacar unas cuantas fotos, pero fue precisamente el temporal y
el mal tiempo que lo puso todo patas arriba y me tuvo bastante liado en el
trabajo. No quiero ni pretendo ofender a nadie con estas líneas, pero si es
cierto (y yo también entonó el mea culpa…)
que a veces podemos no saber discernir donde esta esa línea roja. Esta mañana
precisamente aparecían en prensa algunas fotos de gente en zonas de alto riesgo
en Coruña, al parecer habían traspasado la cinta de seguridad y alguna que otra
tuvo problemas y a punto estuvo de ser arrastrada. A veces podemos tener la
sensación de que a las autoridades se les va la mano y se pasan, parece o nos
puede parecer que no hay peligro, no pasa nada por agacharse avanzar unos pasos
y darle al disparador, total es un momento. Puede ser, pero quizás de 10
intentos uno salga mal y ahí comienza la tragedia. En el caso de los espacios
naturales donde no hay cintas amarillas ni nadie que nos advierta es diferente,
ahí debemos de poner los cinco sentidos en alerta, toda precaución es poca.
Parece que estas personas se hallaban en una zona donde hace poco habían depositado
las cenizas de un familiar. Repito, no pretendo acusar ni hacer juicios de
valor, pero ciertas actitudes de extrema imprudencia ponen en peligro no solo las
vidas de quienes las llevan a cabo sino de las personas que arriesgan la suya
por salvarlos. Desde aquí nuestro más sentido pésame a las familias de las víctimas.
Esto que comentas me recuerda a los 3 policias que murieron hace 2 años en la playa de Orzan intentando rescatar a un estudiante que al parecer terminaba la fiesta en la playa. Con estas temeridades no solo ponemos en peligro nuestras vidas sino como tu comentas la de los servicios de rescate.
ResponderEliminarEs cierto Rene, precisamente el otro dia comentaban que habia gente justo donde esta el monumento a los policias, en esa zona era muy peligroso situarse. Lo malo es precisamente eso, que si alguien se va al agua por imprudencia puede y seguro que va a poner en peligro la vida de quien intenta salvarle.
EliminarUn saludo!