Recuerdo haber leído hace
algún tiempo uno de esos artículos en los que se narran las anécdotas y
sensaciones de un surftrip que quizás
guarde relación con la noticia que os cuento a continuación. Esta persona
relataba como en una playa bastante alejada de la civilización entraba con un
grupo de amigos. Creo recordar (no tengo muy claro los detalles, pero sucedió más
o menos como lo cuento…) que en el agua solo había otro surfista, al parecer
nativo del lugar. Los recién llegados optaron por acercarse a lo que parecía ser
un pico perfecto. Una vez allí fueron advertidos por la otra persona que no debían
estar en ese lugar pues provocarían malestar a cierta presencia divina/mitológica
que habitaba en el fondo de esas aguas. Si no recuerdo mal el tono no fue
agresivo, al contrario, por la forma de decirlo esta persona estaba
absolutamente convencida de la existencia de este ente. Creo que optaron por
desplazarse y buscar otro line up.
Esto podría ser una treta de los locales para espantar a visitantes no
deseados, pero tal y como se describía la situación en el texto juraría que
aquella era una creencia extendida en la zona.
Viene todo esto a
cuento de una noticia que me ha sorprendido. Me refiero a la detención de un
pequeño grupo de turistas en Malasia luego de haber sacado unas fotos ligeros
de ropa en lo que se considera una montaña sagrada. No sé, posiblemente a
muchas personas algunas de nuestras costumbres les podrán parecer raras y de difícil
compresión, por eso que lo mejor cuando se está en sitios remotos es adoptar la
mayor de las prudencias con ciertos comportamientos.
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