Me dejo llevar y pego un salto en el tiempo. Con su look sesentero evoco al eterno protagonista de la peli de François Truffaut y me pregunto qué tal
le hubiese ido en la vida de haber tenido un skate. Este delicioso corto de Claude
Jutra nos muestra una pincelada de la más feliz de las fronteras, la que
une niñez y adolescencia. Sus minutos finales con la preciosa voz de Genevieve Bujold son autentica poesía del
mejor de los celuloides.
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