Reconozco que me costó abandonar el sofá a eso de las 3, ya había adquirido esa temperatura corporal previa a la siesta, la lluvia golpeaba los cristales y la perspectiva de meterme en el agua no me seducía. Al final opte por la playa. Poco antes de las 4 éramos 3 en el agua, aunque mandaban las barras aguantaban bastante, de vez en cuando alguna perdida se dejaba bajar. Era una tarde gris pasada por agua. Allá donde mirases mandaba esa tonalidad. A las 5 aumento el aforo. A las seis y media me estaba dando una ducha maravillosamente placentera…
Jodido gris...
ResponderEliminarUn saludoooo...
ALX, no te creas, fue una de esas ocasiones en las que desaria haber tenido una camara en el agua. Se te plantan ante ti momentos y colores -en esta caso, miles de grises- sorprendentes.
ResponderEliminarHasta la proxima!
Parece que jode meterse en el agua fría a la hora de la siesta.
ResponderEliminarUn saludo
A veces esos días que menos apetece hacer algo y lo haces es cuando más mola, saludos.
ResponderEliminarXurde, pues un poco si la verdad...jeje Es una sensación muy agradable cuando empiezas a sentir esa modorra por todo el cuerpo, aunque todavia no han llegado los frios, cuando esten aqui la pereza sera mayor.
ResponderEliminarJose, suele suceder es cierto, por otro lado cuando mas decidido vas a veces las cosas se tuercen. Al final la tarde valio la pena.
Saludos dobles!!
Que buena historia y que buena foto para ilustrarla.
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