Puede que me traicione la edad, pero cierta parte de estas historias me provoca la risa floja. Mola mucho ir de tough guy por la vida y partir bocas en slow motion, pero suele pasar que cuando te das de ostias con otro fulano tu acabes en el hospital y el otro en comisaria o viceversa, como no, con el consiguiente juicio posterior. Pero bueno, que te detengan y pasar la noche en comisaria debe de ser muy cool, luego al salir que estén tus colegas fuera con unas cervezas y te reciban con ese saludo tan particular pues mola un huevo la verdad. No digo yo que estos tíos no le echen valor y no los tengan cuadrados, reconozco que son muy buenos en el agua con sus tablas, pero me pregunto si hace falta ser un capullo integral para lograr ese karma perfecto.
Es por eso que este tipo de productos me asquean, que sí, que puede fascinar su primera visión, no lo discuto, amistad y colegueo, valor e ímpetu, mar y libertad, olas… ¿pero y el resto?, acaso mola romperle una botella a alguien en la cara, ir de maquina por la vida dándole de ostias a la peña aprovechando que te has fogueado en el cage fighting… No sé, igual el tío es una buena persona, colecciona sellos y colabora con una ONG los fines de semana y al final toda su cara b es el resultado de una infancia sin padre, en un barrio marginal y todo esa matraca –eso ya no cuela colega, esa era la coartada de los protagonistas de las canciones de Los Chichos y Los Chunguitos…-, pero lo que verdaderamente me preocupa es que este tipo de historias lo vean los chavales y se lo crean, luego vemos en el agua actitudes inexplicables. No, si al final van a tener razón los Siniestro Total…
Menudos tontainas. Madre mía!
ResponderEliminarEkaintc, igual lo vemos desde otra optica, no se, pero a mi asi a primera vista me parece un poco espumas el colega...
ResponderEliminarSaludos!