Buster
Debían
de ser cerca de las 10 de la mañana cuando sentí unos golpecitos en la puerta
de mi habitación, algo así como cuando
golpeamos rítmicamente con las yemas de los dedos en una mesa. Desperté y
cambie de postura. Al poco rato me di cuenta de cómo hacía notar sus idas y
venidas a lo largo del pasillo de forma totalmente deliberada. Sabía lo que
aquello significaba por lo que no me quedo más remedio que ponerme en pie. Desayunamos juntos, el algo más fugaz y con la
rapidez que lo caracteriza. Luego ya en el parque lo habitual, unas carreras detrás
de algún palo previamente lanzado, algún que otro encuentro con sus semejantes
y el paseo de costumbre. Ya en casa, chupito de agua y a relajarse de nuevo, y ahí
sigue…
Que
tengáis una buena semana.
Son unas criaturas fantásticas que reclaman sus atenciones para luego llenarte de alegría y cariño. La mía se fue hace un par de años... y aún recuerdo, con la sonrisa en la boca, la de veces que llegué de madrugada, algo perjudicado, y sabía que me faltaba el paseillo mañanero, para "sus cosas", antes de conseguir llegar al descanso del borrachuco, jejeje...
ResponderEliminarMis saludos a Buster...
¡Abrazo Fran!
Pues si Chordi, lo dan todo y solo reclaman eso, un poquito de agua y poca cosa de comer, aunque a Buster si hay algo que le vuelva loco es la comida...jeje
EliminarEntiendo perfectamente que esos recuerdos permanezcan en tu memoria.
Ya que mencionas lo de esas llegadas perjudicado, yo cuando llegaba en esas circunstancias me ponia a comer algo y me quedaba embobado viendo los teletiendas de cuchillos japoneses y esas chorradas...jaja
Le dare los saludos de tu parte, un abrazo! :)
Son lo mejor, te lo dan todo y no te piden nada a cambio Fran.
ResponderEliminarNo paramos de repetirlo Jose, pero es que es la pura verdad. Que te voy a contar amigo que tu no sepas.
EliminarUn abrazo!
Que bonito! Yo ya no se que haría sin el resoplido de por la mañana cuando el mío se pone a llorar en la puerta de mi habitación para que salga y le acaricie un rato jajajaj
ResponderEliminarQue tal Fer,
EliminarSe les coge cariño enseguida. A veces con esas miradas que te lanzan te lo dicen todo...jeje
Un saludo!
Cuando uno aprende a querer a un peludo se da cuenta de toda la felicidad que te aporta, el nunca te va a abandonar, nunca te va a fallar, igual un pis en algun sitio inadecuado o algun percance con algun mueble que accidentalmente fue confundido con comida pero nunca hecho con maldad. Cosa diferente de lo que pasa con las personas, mucha gente tendria que aprender de ellos y seguro que el mundo seria mejor!!! Para mi, mis dos pequeños son mi familia y daria lo que fuera por ellos.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo Rene. Mira, me estaba acordando ahora de la pechada de llorar que nos metimos cuando me dejaste la peli de Hachiko...madre mia!
EliminarNosotros aun tenemos las marcas de cuando Buster era pequeño en las sillas de la cocina...jeje
Un abrazo, nos vemos!