Aunque no soy muy amigo de las celebraciones por decreto, hoy voy a hacer una excepción. Sería un idiota integral el no reconocer a quien le debo todo. De no ser por ella ahora mismo no estaría aquí tecleando esta declaración de intenciones. Gracias a su paciencia he descubierto una nueva felicidad. Su comprensión no conoce límites y si profesáramos la fe católica estoy seguro de que se hubiese ganado más de un cielo. Ella ya lo sabe pues no paro de recordárselo, pero lo quería hacer publico…
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