En estos días en los que no ha sido posible darse un baño decente me contento con ver alguna que otra foto y disfrutar de algunos videos. Uno va vagando de blog en blog, de página en página, cual alcohólico que no dispone de dinero para tomarse un trago, ves desde el escaparate como los demás apuran sus copas y tu ahí, sin nada que echarte a la boca…En realidad acabas autolesionándote, te revuelves en la silla, piensas en lo afortunado que es el que está bajándose esa ola, pinchas de manera convulsiva la webcam a ver si se produce el milagro, llamas a algún colega no sea que alguien haya manipulado ese maldito artilugio para conseguir un spot solitario, te confirma la sospecha, no hay olas…
Luego están las fotos, esas fotos… A mí en particular este es uno de los puntos de vista que más atractivo me parece, por una sencilla razón, lo más probable es que nunca logre estar ahí, en el momento más ansiado, cuando se cierra la ola y se produce el milagro, donde solo unos pocos logran dar con la salida, el laberinto más sencillo y a la vez el más complicado. Por eso me gusta esta foto, porque aunque sea de manera virtual me transmite una minúscula idea de lo que tiene que ser ese mágico instante…